"Salitre", de Carmen Paloma Martínez. Palabras de la editora, Elena Morales, en la presentación del libro





 Librería de Mujeres de Canarias. 16 de diciembre de 2017

Buenas tardes: Es para mí un honor y un placer estar sentada en esta tribuna junto con nuestra autora y junto con el resto de mis compañeras.

Es un orgullo para mí haber podido incorporar este libro, Salitre, de Carmen Paloma
Martínez al catálogo editorial de Escritura entre las nubes y estar hoy aquí en esta mágica Librería de Mujeres de Canarias, que fue justo el lugar donde conocí a Carmen Paloma hace cerca de dos años.

Y en tanto que editora, comentaré los aspectos que me llamaron la atención de este poemario cuando recibí el manuscrito por correo electrónico:

En primer lugar me sorprendió su capacidad para hablar de la muerte desde un punto de vista renovador, positivo, desde la aceptación como lo inevitable: Carmen Paloma no se regodea en el sufrimiento sino que inicia una búsqueda positiva hacia el entendimiento, y si se refiere constantemente a una ausencia o a una pérdida, lo hace desde la vida, de tal modo que la ausencia se convierte en presencia, y el recuerdo en fuerza vital regeneradora.

Al evocar al padre (que ya no está), este no solo cobra una mayor presencia en el pensamiento, sino que, además, regresa envuelto en los más tiernos recuerdos.
Por otro lado, ¿quién no ha mirado alguna vez al cielo y ha atisbado allí a sus seres queridos?

Este sentimiento tan común y universal lo transforma Carmen Paloma en poesía cuando dice:
«EN las constelaciones
vislumbro tu presencia»

Desde el punto de vista formal, me llamó la atención la originalidad del libro:

• No hay títulos, solo la primera palabra del primer verso en mayúscula nos avisa de que estamos frente a un nuevo poema.

• Las palabras Vida, Muerte, Alma, Amor aparecen con sus iniciales en mayúsculas a lo largo de todo el poemario. De este modo la autora se salta las normas de la RAE para trazar un itinerario por donde navegar en las olas de este mar que es Salitre.

• Tampoco hay distintos bloques o partes divisorias, ya que se trata de un único poemario, habitado por un lirismo casi minimalista, pero de intensa y concentrada expresividad

En estos meses de trabajo codo a codo con Carmen Paloma, he tenido también la oportunidad y la suerte de conocerla.

Ella es, como ustedes mismos saben, una persona muy vital, con una personalidad envolvente, que contagia optimismo, que invita constantemente a atisbar todas las maravillas de lo que nos rodea. Por eso, Carmen Paloma se distancia totalmente de esa antigua idea que tienen algunos del poeta, como un ser ermitaño y huraño, ensimismado en su mundo y en sus obsesiones. Al contrario, tanto en ella como en su poesía afloran y brotan constantemente emociones, reflexiones y vivencias vistas siempre desde el lado más regenerador, frente al existencialista o nihilista, porque Carmen Paloma —y en su poesía nos lo demuestra— cree firmemente ante todo en la vida y en su capacidad de transformación.

Por eso me parece muy acertada la cita de Ernest Hemigway con la que introduce su poemario:
«Trata de aprender a respirar profundamente,
a saborear la comida cuando comes
y, cuando duermas, a dormir como un tronco.
Intenta estar vivo de verdad
Con todas tus fuerzas,
y cuando rías, ríe hasta partirte de risa.
Y cuando te enfades, enfádate bien.
Trata de estar vivo.
Porque ya estarás muerto suficientemente».

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