18/9/16

Escritura entre las nubes lanza "De Espinas, Cenizas y Licores", la ópera prima de Luz Arrocha

Se trata de una obra amarga, un grito mudo, que refleja una hipersensibilidad nacida del dolor, del llanto, de la impotencia

Este libro se presenta el sábado 15 de octubre en la Librería de Mujeres de Canarias




Escritura entre las nubes lanza De Espinas, Cenizas y Licores, la ópera prima de la filóloga Luz Arrocha, que también es la autora de la ilustración de la cubierta de este libro. El poemario se presentará el sábado 15 de octubre, a las 19:30 horas, en la Librería de Mujeres de Canarias (calle Sabino Berthelot, 42) en Santa Cruz de Tenerife).

La mujer, la muerte, la vejez, la enfermedad, la soledad, el sexo y la homosexualidad, el paso del tiempo, pero sobre todo una lacerante crítica a la sociedad actual, a las convenciones, a lo estipulado son algunas de las temáticas que va recorriendo Luz Arrocha en este libro desde diversos enfoques y perspectivas. Un cóctel tan substancioso como dispar, gestado y madurado a lo largo de los años. Se trata de una obra amarga, un grito mudo, que refleja una hipersensibilidad nacida del dolor, del llanto, de la impotencia. «No busques felicidad en mi obra», matiza esta autora que ha eliminado de estas páginas cualquier mínimo atisbo de ñoñería.

Luz Arrocha explica en la contraportada de su poemario: «Según Oscar Wilde, “No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo”. Así que, con las zapatillas de ballet puestas y una pequeña maleta, me lanzo, me precipito por el borde de la tierra plana, resoplando como ballena blanca, apretando las dos caras de la moneda, a pesar de los momentos de sed, de campanilla quemada, pues no debemos derramar sal a la ligera si no nos atrevemos a volar. Las cartas hay que jugarlas y, por fortuna, ni las palabras se las lleva el viento, ni el papel se moja tanto. Hablar es casi gratis, y lo que cae puede recogerse con un cepillo viejo. El aire no sopla tan fuerte».

Mirada al mundo y canto a la libertad

Luz Arrocha no se recrea en la belleza del lenguaje en sí mismo sino que se vale del lenguaje para transmitir su visión de todo aquello que le causa crispación: «El ser humano y yo nos llevamos a matar». Luz se refiere a ese ser humano que es capaz de maltratar a otro, muchas veces, indefenso, ese que no tiene reparos en culminar el «Asalto a la cuna». «A esa parte del mundo no lo comprendo. Escribo desde el dolor y desde el calentón».

De Espinas, Cenizas y licores es también un canto a la libertad. Y este canto se materializa a primera vista en el propio grafismo y en la sintaxis del poemario, no hay mayúsculas, ni cursivas porque «cada palabra tiene el mismo valor», y la puntuación brilla por su ausencia. Son licencias de la autora que se tornan en normas. Esas que le dan unidad a su obra al tiempo que sellan de forma rotunda su personalidad.

Viaje introspectivo

De Espinas, Cenizas y Licores es el resultado de un profundo viaje de introspección por parte de la autora. «Este poemario empezó a tomar forma hace tres años, pero rescaté versos que tenía desde los quince y que he ido repescando y recuperando. Perdí muchas cosas por el camino. En mi treintena está la base de esta historia».

Tras la recopilación de los papeles dispersos, la autora realizó un concienzudo trabajo de síntesis y de selección. «Están condensados muchos sentimientos, muchos contenidos. He prescindido de muchos porque se repetían, pero otros no los podía quitar, también he pensado en los lectores y por eso he tratado de abrirme y he intentado que me entiendan», explica Luz Arrocha. «Yo soy muy crítica, muy exigente conmigo misma y hasta que no me he quedado conforme no lo he querido publicar. Mi pasión es el análisis de la historia, no me importa tanto la técnica sino el contenido».

La ilustración

Esta polifacética creadora no solo escribe, sino que también ha querido incursionar en el mundo de las artes plásticas. La críptica imagen que ha ideado para la portada de su libro armoniza a la perfección con el contenido del libro. «No busco la percepción. Busco algo que está dentro. Me interesa mucho el proceso. La imagen representa a una persona que se transforma. Es una crisálida boca abajo con sus alas, la crisálida está a punto de salir de su capullo. La mano intenta buscar su camino y salir».

Trayectoria


Luz Arrocha, licenciada en Filología Inglesa, es fruto de la magia palmera y la cosecha tinerfeña (1977).

Centrada en su camino laboral, ha dedicado escasa parte de su vida a explotar su vena artística. Como coautora, ha publicado dos artículos académicos muy alejados de su rama y, artísticamente, ha creado numerosos y variados proyectos que no han llegado a materializarse. Sin embargo, tres años atrás, en una pequeña habitación cordobesa, tomó la firme decisión de acabar uno de los tantos proyectos amontonados en cajas, carpetas, libretas y servilletas. Allí, esta amante de lo evidente y lo escondido, del detalle y el contexto, empezó un trabajo que continuaría y concluiría en suelo canario, que maduraría con el tiempo y los espacios robados al reloj.

Durante el camino, dejó sus primeras pequeñas huellas en las antologías poéticas Luz de Luna II y Poetas Nocturnos y los microrrelatarios Escritores del Alba y Porciones del Alma (Diversidad Literaria) y hoy, entre letras trasplantadas y pinceles fatigados, da a conocer, en Escritura entre las nubes, De Espinas, Cenizas y Licores, mientras diagrama su próximo proyecto y explora otros territorios.

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