Ponencia de Aurelio J. Fernández García en la presentación de "Ciento cinco y más palabras con vida"

23 de noviembre de 2018. Instituto Viera y Clavijo. La Laguna, Tenerife




Haciendo un juego de palabras, los latinos decían: «Nomen est omen» («El nombre es un augurio», «El nombre es un presagio»). Si conoces el nombre de las cosas, ya puedes adivinar su significado más profundo. ¡Por eso a los seres humanos nos atrae tanto saber de dónde vienen las palabras! Por lo menos, me atrae a mí. Y, por eso, este conjunto de «historias palabrescas», como yo llamo, que se recogen en este libro.
 

De la etimología más remota de una palabra viene su verdadero sentido: conocer la historia de una palabra es conocer su origen..., es conocer su ADN léxico. Y conocer la historia de una palabra es, también, conocer la historia de una herencia y una tradición.

Javier Sierra, Premio Planeta 2017, con la novela El fuego invisible, en sus páginas escribe:
«La palabra es la llave para acceder al alma del mundo». Y creo que lo que he estado haciendo a lo largo de tres años y medio, aproximadamente, ha sido eso: acceder a lo que sucedía en el mundo, en general, y a lo que sucedía en mi entorno más cercano, en particular, haciéndolo de manera muy personal y culminando mi comentario con una referencia etimológica. Sin las palabras no podemos expresar nuestras ideas, pero tampoco podemos expresar lo que vemos, lo que nos acontece...
 

Cuando el 22 de julio de 2017 anunciaba en mi Facebook, en el comentario etimológico de la palabra «salud» que «para llegar a comentar cien palabras hay que tener, al menos, buena salud», decía una verdad, pero solo a medias. Y me tienen que creer que lo hice sin querer: sí era verdad que había que tener buena salud, pero no era verdad que hubiera comentado cien palabras hasta ese momento. Fueron unas cuantas más.

¿Qué es lo que pasó? ¿Cómo fue ese error? Pues muy sencillo. Cuando iba a escribir sobre una palabra lo hacía utilizando el documento en donde ya había comentado una palabra anterior y parece ser, que en diversas ocasiones, no me di cuenta de modificar el nombre del documento, dejando la palabra comentada con el nombre de la anterior. Esto pasó con las primeras palabras y los primeros comentarios.
 

Además, después de la publicación de la palabra «salud» comenté dos nuevas palabras: «Masacre» y «Parlamento». ¡No me pude aguantar! La primera la publiqué el 19 de agosto de 2017, dos días después del atentado yijadista de Barcelona; y la segunda, el 3 de octubre de 2017, dos días después de producirse el llamado «referéndum» para la independencia de Cataluña. Creo que lo que habia ocurrido allí merecía que le dedicase alguna palabrita.

Se puede considerar también este trabajo como un paseo histórico con tintes léxicos. Hay que tener en cuenta el periodo en el que salieron estos comentarios: la mayor parte de ellos se produjeron en el momento culminante de nuesta famosa crisis económica de la que creo personalmente que aún no hemos salido.
 

Por resumir, hay comentarios etimológicos relacionados con la vida nacional. De esta manera, hablo de Mariano Rajoy, de ministros y ministras, diputados y diputadas del PP, y de otras dirigentes políticas de este partido (fíjense que lo digo en femenino). Hablo de Pedro Sánchez, antes de ser presidente del gobierno; del accidente del Yak-42; de nuestros bancos, en especial, Caja Madrid y sus famosas tarjetas black; de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona; de los jueces; de la corrupción española, en general: de Pujol, Bárcenas, Granados, de los papeles de Panamá, del caso Nóos...; de la irrupción en la política nacional de los partidos Podemos y Ciudadanos; de la LOGSE/LOE/LOMCE, es decir, de nuestro sistema educativo español; de los estibadores; y del primer plagio constatado de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (2016), al que han seguido otros que ustedes conocen perfectamente.
 

Por supuesto, hay comentarios de hechos y sucesos de nuestra vida isleña. En este caso hablo de la famosa alcaldesa de Güímar; de la Gala Drag de Las Palmas de Gran Canaria; del Consejo Escolar de Canarias; de la procesión de la Macarena de la iglesia de La Concepción de Santa Cruz de Tenerife; del inefable mamotreto de Las Teresitas; o del entrañable D. Juan Brito Martín, medalla de oro de Canarias e hijo predilecto de Lanzarote que regresó a Jumilla (Murcia) para recontrarse con la familia de pastores que le dio cobijo, apenas finalizada la Guerra civil española, y que recibió un homenaje en ese municipio murciano a sus 97 años: comenté para ello el término «memoria».

Hay comentarios también de carácter intenacional. De esa temática está la crisis económica griega, con alusiones al partido Syriza, a Varoufakis, antiguo ministro de economía griego y al primer ministro de este gobierno, Tsipras. Por supuesto, hablo del actual déspota de Estados Unidos, Donald Trump; de Brasil y sus exdirigentes Lula da Silva y Dilma Rousseff; de la lista Falciani; de los ciberataques; de la invasión de Ucrania por parte de Rusia; de la situación política de Turquía; de Corea del Norte; del Brexit; del estado islámico de DAESH y del terrorismo yijadista; de cuestiones vaticanas; y de los problemas migratorios y las mafias antihumanas de Siria y Libia.


Hasta hay un hueco para comentarios relacionados con el deporte. En este sentido hablo de CD Tenerife, aludiendo al partido de promoción para la 1.ª división del fútbol nacional contra el Getafe CF en la temporada 2016/2017. En este caso, empleo la lengua
«alienígena» de nuestro expresidente de gobierno Mariano Rajoy: comento, evidentemente, el término «alienígena». Y dice así, a manera de ejemplo: (leer la palabra n.º 6.«Alienígena»).
 

Hablo también, dentro de este apartado deportivo, del FC Barcelona y del R. Madrid (prefiero este orden al citar, por razones personales que no tengo que andar explicando en esta ocasión); de nuestro portero internacional David de Gea, cuando fue acusado de abusos y agresiones sexuales (ya se nos ha olvidado, pero eso fue en 2016); del majestuoso Rafa Nadal, cuando consiguió su décimo torneo de tenis de Roland Garrós de París; y de la selección masculina española de baloncesto.
 

A todos estos comentarios habría que añadir un par de peticiones personales y alguna cuestión de mi ámbito particular.
 

Y es, cuando doy la noticia de que voy a parar de hacer esto o, al menos de hacerlo de una forma sistemática, como lo estaba haciendo hasta ese momento (casi una palabra comentada cada fin de semana), cuando surge la idea de mi querido amigo y presentador de este lbro, Pedro Rodríguez Rodríguez. Me dijo: «¿Por qué no acompañar cada una de las palabras con un dibujo o una ilustración alusivos a ellas o inspirados por ellas?». Me indicó que se podía proponer esto a un profesor o a una profesora de la EASD Fernando Estévez, para que asumiera este trabajo con su alumnado.
 

Tras pensarlo durante un tiempo, decidí aceptar «esa gran oferta de Pedro», para dar a estas ciento cinco palabras, ciento cinco ilustraciones.
 

En efecto, Pedro me hizo de intermediario. Me debió de vender muy bien este «producto», porque convenció a su también amigo y colega del citado centro educativo, Pepe Darias, para que aceptara este reto con su alumnado del Ciclo Formativo de Grado Superior de Ilustración. 

De esta manera, me vi personalmente con Pepe Darias en el mes de octubre de 2017, le comenté la intención que tenía con este trabajo y decidió proponérselo a su alumnado.
 

Fue el 9 de noviembre de 2017 cuando tuve mi primer contacto con todo el alumnado en su aula de la citada escuela de arte. Ese día les expliqué de lo que iba mi publicación y les hice saber lo bonito que sería contar con ilustraciones de todas las palabras. De esta forma, comenzó todo. Allí les dejé las ciento cinco palabras que se fueron repartiendo al azar en la clase.

También les hice ver la posibilidad que habría para exponer sus ilustraciones en el congreso que organiza todos los años la Sociedad Canaria Elio Antonio de Nebrija de profesorado de Lengua Castellana y Literatura sobre experiencias de comunicación lingüística, bibliotecarias y artísticas: cosa que se ha logrado. El lunes pasado, 19 de noviembre, tuvimos la oportunidad de presentar el libro en este congreso y de ver la exposición de las ilustraciones en una de las salas de la Casa de La Parra de Los Realejos, lugar de celebración del mismo. Por eso, quiero agradecer, de una forma especial, a mi querido Jesús Luis Ravelo el interés que mostró desde un primer momento para que se presentara allí este libro y para se expusieran las ilustraciones originales.
 


Además, quiero compartir con todos ustedes el honor que tuve, que tuvimos, de que el director de la RAE (Real Academia Española), Dario Villanueva, estuviera en nuestra presentación.



Ahí pueden ver una foto que nos hicimos con él, con el libro en su brazo... 

Ya nos habíamos olvidado de ese bonito instante, cuando, al día siguiente, es decir, el 20 de noviembre, recibió mi editora, Elena, el siguiente correo electrónico que me reenvió al día siguiente:


¡Vamos a estar en los fondos de la RAE! ¡Qué importantes!
 

Para ir terminando, quiero decirles que la primera palabra comentada e ilustrada, desde un punto de vista temporal, es «Prebenda», que fue publicada el 2 de julio de 2014. Pero, en realidad, la primera, primera, primera de todas fue la palabra «Infanta», publicada el 20 de febrero de ese mismo año: esta se recoge en una adenda del libro. En la adenda están aquellas palabras que, por mi irresponsabilidad y mala diligencia, no fueron guardadas en su momento en un archivo, con su nombre bien clarito y ordenaditas... Tuve que rebuscar por internet para localizar algunas de ellas. Por eso, las recojo en este apartado, porque creo que merecen también ser recordadas. Y son: «abdicar», «alumno/alumna», «estabilidad», «execrable», «excremento/secreto», «fantástico», la citada «infanta», «inri», «lavabo», «pánico», «panorama», «protagonista», «prótesis» y «sintagma».
 

Quiero agradecer públicamente a Pepe Darias, en particular, y al profesorado y alumnado, en general, del Ciclo Formativo de Grado Superior de Ilustración de la antedicha Escuela de Arte, su trabajo y dedicación: han colaborado 33 alumnos y alumnas, y 3 tituladas de este ciclo (imposible citar aquí todos sus nombres por su extensión) y 6 profesores: Carmen Muruve, Juan Francisco Ojeda, José María Ruiz y el propio Pepe Darias, con docencia directa, y en la actualidad en la CEU Pedro Rodríguez y José Toledo, que es, además, el diseñador de la portada del libro.

Quiero dar mis gracias a Elena, la editora de Escritura entre las nubes, por ayudarme a sacar a la luz pública este libro, tan colaborativo.


Quiero agradecer nuevamente a mi querido Pedro, por aceptar ser él quien realizara la presentación de mi libro.


Muchas gracias a todas las personas aquí presentes por decidir acompañarnos hoy.

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