"Los soñadores", por José Luis Domenech Bercero

Palabras en la presentación de El sueño de tu mirada, de Diego López
 Sala MAC de Santa Cruz de Tenerife - 4 de marzo de 2020


El mundo de los sueños es el territorio más libre de cuantos se conocen. No hay problemas de convivencia, allí se reúnen los profetas, los visionarios y los poetas. Cada cual aporta el contenido de su equipaje y lo pone a disposición del Común, para la construcción de esa sociedad de los sueños, sin límites, igualitaria y libre. Los soñadores son seres privilegiados que pueden alternan las vivencias de este mundo limitado y desigual con el mundo sin fronteras de los sueños. Un mundo que solo comparte espacio con el Universo infinito.

Hoy me siento muy honrado de presentar el poemario El sueño de tu mirada del poeta

Diego López, lleno de poemas soñadores tan inabarcables como el encuentro de las miradas con las que se buscan un hombre y una mujer y viceversa. Espacios abiertos donde se diseña la pasión amorosa, verso a verso.

Hay una declaración de fe en la Esperanza cuando el primer poema que fundamenta el ideario de todo el conjunto, dice así:

«Hay esperanzas / que sobreviven a tu larga ausencia, / cuando el guiño de tu inocente adentro / acaricia la melancolía de mis pasos…/ cuando te imagino / y los días no mueren inevitablemente».

Son poemas románticos en el mejor sentido del término que participan plenamente de todas sus claves. Son apasionados, sin fronteras, rondándoles la tragedia cuando formulan preguntas retóricas y no hay respuesta que alivie la angustia del poeta y la del contagiado lector al que le alcanza igualmente la ilusión esperanzada, la melancólica soledad y el anhelo por la mujer, aunque tal vez sea el amor de amar lo que el poeta siente.
No podemos por menos que reseñar el aire becqueriano que atraviesan estos poemas tanto formal como conceptualmente. Verso corto, libre, sin ataduras, con estrofas breves que a veces nos recuerdan ese triste vuelo de regreso de unas golondrinas que no saben nuestros nombres, porque las otras, las que lo sabían, esas ya no volverán.

Igualmente el poeta deja asomar entre las páginas del libro un cierto sentimiento trágico del amor, recordatorio del sentido trágico unamuniano de la vida, cuando habla de lo inalcanzable que resulta.

He leído sus versos, despacio, lentamente. Me detengo y releo el verso, quiero cerciorarme del sueño que contiene y comprobar si lo he disfrutado en alguna ocasión, para solazarme en él o para entristecerme por no haberlo vivido. Entonces me gustaría hacer mía su experiencia desprendiéndome de la gravedad de lo cotidiano y dejándome llevar en el sueño de Diego que por unos instantes he hecho mío.

Luz, ilusión, soledad, nostalgia, deseo, son concepto que fluyen entre los versos, que van

más allá del amor. Son poemas que los sueñan y con toda la libertad que le proporciona este mundo de sueños, lo eleva a sutiles cumbres de fina sensualidad, cultivada con elegante delicadeza, mientras mantiene viva, presidiendo el conjunto del poemario, la esperanza en la llegada de su amada, en un instante cualquiera. Así dice en el poema séptimo, ardiendo en una sensualidad poseída por la magia del deseo:
«Me encanta / cuando suavemente / te muerdes el labio, / y cómo de tus ojos / se escapa un sutil hálito de deseo / movido al goce que tu sonrisa concede / a mi ansioso corazón solitario».

Los sueños de Diego no son recientes, vienen de un tiempo pasado donde las gentes celebraban los enamoramientos en sus inicios, con miradas demoradas disputando el espacio entre ellas, y sellaban los compromisos con apretones de manos y las amistades con abrazos cordiales. Ahora ya no nos detenemos en este ceremonial de reconocimiento, no hay tiempo, todo es conciso, breve y rápido. Expresiones sincopadas, sílabas sustituidas por símbolos y emoticones; se huye de las palabras y los que vivimos entre ellas y las amamos, nos encanta encontrar a los portadores de su último refugio, los poetas, y Diego lo ha hecho con mimo, las ha cultivado durante mucho tiempo hasta que ha entendido llegado el momento de compartirlas con nosotros y eso es lo que ha hecho en este bello poemario, regalarnos las palabras nacidas y cultivadas en sus sueños en forma de poemas.



2 comentarios:

  1. Gracias a todos los asistentes nos han arropado y el poeta está lleno de amor y agradecimiento.

    ResponderEliminar
  2. ¡Fue una presentación preciosa, muchas felicidades al autor, Diego López Pérez!

    ResponderEliminar